martes, 7 de junio de 2011

DelfiNO

El final fue escandaloso, con los hinchas de Independiente muy enojados con Germán Delfino. Es que el árbitro no tuvo una buena noche, al margen de la lesión que sufrió.

Estuvo correcto en la sanción del penal de Julián Velázquez sobre Silvio Romero, pero no cobró uno de Guido Pizarro sobre Facundo Parra en el último instante del encuentro. Y hubo otro en el que cayó Hernán Fredes en el área, aunque dejó muchas dudas.

“El que no salta, es un ladrón” , gritaron los simpatizantes rojos, furiosos con Delfino. Pero, en especial, con el asistente Yamil Bonfá, quien anuló correctamente un gol de Fredes. El volante estaba en posición adelantada cuando empujó a la red un rebote de Agustín Marchesín, quien previamente le había tapado un cabezazo a quemarropa de Parra. En el instante en el que cabeceó el delantero de Independiente, Fredes estaba un pasito en offside. Bonfá levantó la bandera y los jugadores rojos se le fueron al humo. Delfino respaldó la decisión de su línea. Pero, a pesar de ese acierto, a esa altura del partido era imposible maquillar una actuación lamentable.

Nunca tomó las riendas del partido Delfino. D ejó protestar con demasiada vehemencia a los jugadores y cometió errores en jugadas de fácil resolución , en las que ni siquiera era necesario apelar a las cámaras de la televisión. A favor de este joven juez, estuvo perfecto en repetir el penal de Romero, ya que César Carranza invadió el área en el momento en el que el cordobés impactó la pelota que terminó en el fondo del arco de Navarro.

La bronca de los hinchas fue creciendo hasta que explotó todo. Y los jugadores lo rodearon cuando terminó el partido y mientras los de Lanús celebraban sonoramente el éxito en el estadio Libertadores de América. La Policía los separó. Y los árbitros se fueron custodiados. No era para menos.

Y encima le dejaron el ojo hinchado:

Germán Delfino nunca imaginó que aquel rechazo de Julián Velázquez iba a tumbarlo. Sin embargo, el pelotazo del zaguero le dio de lleno en el ojo derecho y se lo dejó en compota. El árbitro, además, sangró. Por eso el juego estuvo detenido cinco minutos. Finalmente, el joven juez se recuperó y continuó el partido. No obstante, apenas adicionó cuatro minutos en el primer tiempo. En el complemento, no dudó a la hora de cobrar el penal para Lanús, el que Navarro le atajó a Romero.

Fuente: Clarín

No hay comentarios:

Publicar un comentario