Empate justo en Avenalleda que no le sirve de mucho a los dos equipos. A Independiente porque para los Promedios hay que sumar de a tres si se quiere escapar y del lado de Bánfield porque la victoria lo dejaba cerca de Estudiantes. Con este empate, el Taladro queda a 3 de Estudiantes cuando bien pudo haber quedado a uno sólo si ganaba.
Cuando casi ni había calentado el partido, Independiente ya había encontrado la apertura del marcador. Enrique Bologna intentó cortar un córner desde la izquierda del ataque rojo, pero el arquero de Bánfield le pifió al cálculo y Eduardo Tuzzio lo aprovechó con toque débil y sesgado.
A los 10′ el conjunto de Antonio Mohamed (expulsado en el primer tiempo) pasaba a ganar sin darse cuenta y casi sin haber hecho méritos. Bánfield, muy voluntarioso pero poco claro, pudo empatar cuando Jorge Achucarro se lo perdió sólo debajo del arco tras centro de Cristian García.
Lo de Independiente, fue pobre. Fue injusto que se haya ido en ventaja al descanso porque tampoco hizo mucho. Sólo alguna corrida por izquierda de Patricio Rodríguez, generó algo de adrenalina. Lo demás fue muy chato. Andrés Silvera y Facundo
Parra, delanteros rojos, quedaron aislados arriba entre todos los defensores visitantes. Independiente tuvo la ocasión de sentenciar el partido. Un contragolpe tomó adelantado a Bánfield pero de modo increíble, Vélez, lateral colombiano, falló cuando Bologna estaba batido.
Independiente le perdonó la vida a Bánfield al no anotar el 2-0. Increíble lo que falló el moreno lateral derecho de Independiente. Y como hay una hay una ley en el fútbol que dice gol errado en un arco se hace en el otro, Bánfield encontró el empate que dio un marco de mayor justicia a la tarde.
Cristian García fue quien empujó al gol (posición dudosa) un buscapié de Carrusca desde la izquierda. Un gol un tanto extraño.
La que entregó el primer tiempo en cancha de Independiente, en líneas generales, fue un poco la constante de lo que se ve en el fútbol argentino.
Mucha dificultad en los equipos para retener la pelota y crecer en forma colectiva. Cuando esto sucede, el juego se hace poco atractivo y sólo se quiebra la paridad si alguno de los dos se equivoca y el otro acierta.
Al minuto del segundo tiempo, el que perdonó fue Banfield con García. Una corrida a pura potencia del delantero de Bánfield tumbó a Galeano (mano de por medio) y quedó sólo delante de Assmann.
El arquero, que reemplazó a Hilario en el descanso, le tapó el mano a mano a García y salvó el arco de Independiente.
A medida que los minutos corrían, el partido empezó a encontrar mayores espacios en la zona media. El juego se hizo más dinámico en el mediocampo aunque seguían lejos de las áreas cuando el cronómetro mostraba los 20′.
Por momentos Independiente se mostró mejor y más ambicioso, aunque no por esto era más que su ordenado y trabajador rival. Un tiro esquinado de Pellerano fue una ocasión para contabilizar como peligrosa del lado de los rojos.
Esta vez Bologna tuvo que tirarse al piso para sacar el remate al córner con la mano izquierda. Méndez, ante este panorama, reforzó su equipo y mandó 2 variantes. Quinteros por Gómez y Ferreryra por Achucarro , fueron las variantes que intentaron del lado del Taladro trabar más a Independiente y retomar las riendas del partido.
Quizás, Bánfield con estas variantes dispuestas por su entrenador no logró lo que decíamos aunque Independiente bajó la intensidad de los primeros minutos del complemento.
En este contexto, Bánfield comenzó a mirar con más firmeza la victoria y la buscó en los minutos finales, sabiendo que 3 puntos lo dejaban cerca del puntero Estudiantes.
Pero en los minutos finales, Independiente arrinconó a Bánfield contra su arco empujado por el aliento de su público que quería la imperiosa victoria. No se dio. El empate le cayó bien al desarrollo del partido y ninguno pudo quedarse con el premio mayor.
Fuente: Urgente24
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