miércoles, 5 de octubre de 2011

Y volvió el 1 a 1

A las 16 horas del día de hoy debían enfrentarse en el clásico de Avellaneda, Independiente y Racing. No era un clásico más. Era el clásico más importante de Argentina.

Quizás Ramón Díaz metió algo de mano, o quizás los jugadores se levantaron de buen ánimo. No lo sabemos, pero el Rojo hizo un buen encuentro e incluso mereció más de lo que se llevó.

Apenas empezado el partido, con tan solo un minuto de juego, Gabriel Hauche aprovechó una desconcentración de la defensa de Independiente y puso a Racing 1-0. Recién empezaba y otra vez la defensa volvía a tener grandes dudas.

Sin embargo, el equipo de Ramón nunca dejó de jugar. Había movilidad y buen pie. Hay que remarcar que Racing se metió atrás apenas hizo el gol y le cedió la pelota a Independiente.

“Ojalá pueda estar”, había declarado en la semana Patricio Rodríguez. Se le cumplió, entró de titular, a pesar de la lesión que lo mantuvo afuera de las canchas por un largo tiempo, pero no tuvo un buen partido.

Finalizando el primer tiempo, luego de un rebote del arquero local, Sebastián Saja, Facundo Parra logró empujarla y así el Rojo conseguía el tan merecido empate.

A partir de acá, en el segundo tiempo, el control de la pelota se repartió para ambos equipos. El partido se podría haber resumido en un solo tiempo. En el complemento no pasó nada, casi que estuvo de más. La única peligrosa en los segundos 45 minutos fue una volea de Saja que Gaby Milito, una vez más, pifió y dejó mano a mano con Fabián Assmann a Teófilo Gutiérrez que definió mal.

Si bien no es el Independiente que todos queremos, se mostró un poco más de personalidad y “algo” de buen juego. Esperemos que sea el puntapié para la levantada…

Matías Milmar (Columnista - Solo Independiente)

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