jueves, 16 de diciembre de 2010

Promesas son promesas

Patricio Rodríguez y Nico Martínez le cumplieron a la Virgen de Luján por ganar la Sudamericana. Fueron a la Basílica a agradecer, hincados hasta el altar, y pidieron por un 2011 con más alegrías.

Uno anda corriendo de acá para allá para que a su novia le entreguen el DNI que le permita cruzar a Brasil. El otro se queja del calor y cuenta las horas para pisar la arena y meterse al mar. Pero promesas son promesas, están para cumplirse y, antes de partir rumbo al merecido descanso, Patricio Rodríguez, made in Lanús, pasa a buscar a Nicolás Martínez por su casa en Ramos Mejía, y compartiendo peajes, y con Olé como testigo, rumbean hacia al Oeste. A 70 kilómetros espera ella, la venerada, la que oye a todos y les cumple a varios. Ellos sienten que sus rezos fueron escuchados y quieren hacerle a la Virgen de Luján un debido agradecimiento. El Diablo, de rodillas.

Es que hincados, escalón por escalón, el Pato y el Ruso prometieron que subirían al altar si obtenían la Sudamericana. “Lo decidimos en el momento en que nos enteramos de que jugaríamos juntos la final”, cuenta Martínez cómo surgió la idea. “Como al ser titulares éramos los encargados de armar juego para revertir la desventaja de dos goles que trajimos de Brasil, le propuse, en caso de que saliera todo bien, ir hasta Luján. Y acá estamos”, agrega Rodríguez.

¿Por qué Luján y no Pompeya, por ejemplo? “Luján es un clásico. Nos quedaba lejos, pero lo habíamos prometido. No soy fanático del cristianismo, pero sí creo en la Virgen y en pedirle cosas como una simple ayuda”, revela el surgido en las Inferiores del Rojo. “Yo creo más en la Virgen que en Dios, aunque si paso por una Iglesia, me persigno, como cuando entro a la cancha”, confiesa el que se mudó de Vélez a Avellaneda. ¿Se habrán dado cuenta de que el Rojo dio la vuelta el 8/12, el día de la Virgen, justamente? -¿Cayeron? Son los campeones de Sudamérica.

-Martínez: Yo sigo viviendo igual, no termino de entender la importancia. La magnitud se siente en el contacto con los hinchas.

-Rodríguez: Tal cual. Mucha gente vino a agradecernos llorando. “Son chicos, se bancaron una final, la ganaron, gracias”. Ahí es cuando uno dice: “Algo grande hicimos, eh”.

-M: Ah, eso... “Gracias a vos, al Patito, al Pelado (Gómez)...”. Siempre nuestros nombres vienen enganchados, ja. Porque entre los tres le dimos otra profundidad al equipo.
-R: Somos un conjunto, je. Hay que agradecerles a los compañeros, a los utileros, a todos los que fueron parte de este torneo... Tampoco me olvido de Menotti y Garnero: ellos eligieron a los jugadores que luego Mohamed pudo acomodar para llegar a este presente. Lo ganamos entre todos.

Es que así lo sienten. Nico, por caso, fue clave al meter el 4-2 ante Defensor, en octavos. Recuerda: “Pero si en el primer tiempo el grupo no levantaba la desventaja y hacía tres goles en 20 minutos, no hubiera servido de nada. Con esa remontada, sentí que se empezaba a gestar algo importante”. Pato, quien no mojó pero sí puso varias asistencias (Argentinos, Defensor, Goiás...), confiesa que, en la final, “por más que tiráramos el mejor centro del mundo, si Parra no entraba con el pie derecho, se iba a decir que no estuvimos a la altura... Fue el partido más importante de nuestras vidas”.

Una anécdota que pinta la unión de estos chicos es la definición por penales. “Por nervios, no quisimos verlos”, dice, serio, Pato. “El ya no quería ver ni el alargue”, lo delata Nico.

-R: Estábamos los dos en las duchas del vestuario, y él iba cantando los goles.

-M: Igual se oía la gente.

-R: No podíamos más. Luego, me enteré de que mi mamá tampoco aguantó en la cancha, se fue al baño y había una señora con una estampita, rezando... Y resultó ser la mamá de Nico. Ninguna resistió los penales y sufrían juntas, como nosotros, ja, ja.

La Basílica, imponente desde su estructura, los espera. En el interior, los chicos cumplen la promesa. Uno, dos, tres escalones... ¿Qué sienten? “Es fuerte. Más que nada agradecí. El, con 20 años, y yo, con 23, logramos algo que grandes futbolistas no consiguieron en toda su carrera”, resume Nico. Pato: “Lo mismo. Y pedí por el 2011, que podamos tener bastantes títulos más”.

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