lunes, 4 de octubre de 2010

Se aprobó el balance

En la Sede se sancionó a favor, sin la presencia de la oposición, que se retiró antes de dar la votación. El club debe 144 millones de pesos, once más que en el último año. La Lista Roja cuestionó la valuación de los activos.

La tarde-noche de Avellaneda se convirtió en una caldera, justamente, del lado de Diablo. En la Sede de la Avenida Mitre se desarrolló la Asamblea de Representantes de Independiente en la que quedó aprobado el 106° balance del club que arrojó un pasivo de más de 144 millones de pesos, once más que el año pasado. El clima no fue el mejor aunque no se produjeron incidentes.

Dicha asamblea se realizó en el gimnasio Carlos Radriazzani. Y no sorprendió la presencia de barras amparados por su carnet de socio, requisito para estar allí. Justamente, la aparición de esos hinchas caracterizados generó el mal clima que desembocó con la ausencia del bloque opositor a la hora de la votación. Por eso, el resultado final dice que el balance se aprobó con amplia mayoría.

“Nos fuimos para que quede asentado que la oposición estaba en contra”, dijo Gaspar Espósito, integrante de la Lista Roja y vocero del bloque, abucheado por los barras cuando quiso dar su posición. De hecho, se produjo algún forcejeo cuando un dirigente opositor de renombre quiso ocupar un lugar y no encontró donde ubicarse ante la presencia de los socios.La presentación resultó polémica por donde se la mire. Desde el constante grito de socios, a favor y en contra, hasta los detalles del balance. Por ejemplo, el revalúo de inmuebles del club (principalmente debido a la cesión de los terrenos del CEAMSE) con fecha 25 de junio, cinco días antes del cierre del balance. O la omisión del dinero de la firma del contrato de fideicomiso, en agosto, para la finalización de las obras en el estadio Libertadores de América. Ni hablar de la frase de Julio Comparada, el presidente: “Es importante endeudarse para crecer”.

Aunque se aprobó el balance, en Independiente no se vendrán días sencillos. Las deudas están y el estadio aún no se terminó de construir. Encima, el equipo no ayuda ni un poco. Mañana puede llegar un poco de calma cuando el Rojo juegue en Uruguay por la Copa Sudamericana. Claro, una calma pasajera, como la calma que antecede al huracán.

Fuente: Clarín.compost aqui

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